LA TEORÍA DE AUSUBEL
El título de un
artículo publicado en la revista electrónica Contexto Educativo es, desde mi punto de vista, bastante revelador. Dice
literalmente:
El
aprendizaje significativo
Esa extraña expresión (utilizada por todos y comprendida por pocos)
Realmente,
desde mi propia práctica, coincido en que falta una verdadera comprensión
acerca del potencial de esta teoría para el aprendizaje y la enseñanza en la
Escuela. Afortunadamente - en contraste con el profesor que refleja la imagen
inserta - tenemos aún en nuestras instituciones profesores realmente
comprometidos con su práctica, interesados en su propio aprendizaje permanente
para mejorar la calidad de aprendizajes de sus estudiantes; lo que constituye
su función primordial.
Es justo
que como educadores nos cuestionemos ¿Y para qué es útil en mi práctica docente
la teoría del Aprendizaje Significativo? Para
el educador investigativo y reflexivo, una teoría como la postulada por Ausubel
no necesariamente constituye una receta externa sino que, al ser comprendida críticamente,
puede proporcionarle fundamentos acerca de la naturaleza del conocimiento que
los alumnos asimilan en la escuela y consecuentemente, el tipo de ayuda que
necesitan de su parte. Como advierte Frida Díaz Barriga, 1998 (citada en
Dávila, 2000), El trabajo del
docente no es enseñar, el trabajo del docente es propiciar que sus alumnos aprendan.
Si nos
pusiésemos a la tarea de analizar cada una de las prácticas docentes,
probablemente descubriríamos que todas tienen su origen en determinados
paradigmas y en teorías que se han venido planteando en diferentes momentos de
la historia educativa. Muchas de estas teorías forman parte de nuestros modelos
mentales que nos orientan la forma de entender y actuar en nuestro quehacer
diario. Se ha llegado a plantear incluso que cada maestro tiene su propio
modelo educativo, que en la mayoría de los casos corresponde a la forma en que
fue educado escolarmente. Aunque los modelos y esquemas mentales son difíciles
de cambiar, no es imposible ir modificándolos y mejorándolos, teniendo en
cuenta una de las condiciones fundamentales para que se dé un aprendizaje significativo:
actitud favorable para aprender.
De esta
forma, te invitamos a releer críticamente a Ausubel cuyos planteamientos siguen
vigentes aún con los aportes y enriquecimiento de otros psicológicos e
investigadores educativos, ya que han visto en ella un verdadero potencial para
el aprendizaje y la enseñanza escolar.
I.
El Aprendizaje en la Escuela
La teoría
del Aprendizaje Significativo tiene amplias aplicaciones en el contexto
escolar, ya que básicamente explica cómo se adquiere y se emplea el
conocimiento de naturaleza conceptual que se propicia mediante la enseñanza
escolarizada. La Escuela tiene entre sus grandes objetivos el desarrollo de la
estructura cognitiva y los esquemas de conocimiento de hechos, conceptos,
principios, teorías, etc. Es en este
tipo de contenidos que centra su atención la Teoría de Ausubel y en lo que podemos
sacar provecho para nuestra docencia. Aunque también hay que señalar que en
esto mismo reside su limitación, ya que la Escuela no sólo debe promover el conocimiento
declarativo sino igualmente el actitudinal y procedimental.
Más
adelante hablaremos del desarrollo y enriquecimiento que han hecho a la teoría
otros autores como Novak, Hanessian, Gowin, etc. Por el momento abordaremos algunos
de sus planteamientos centrales importantes por su implicación en las prácticas
de aprendizaje y de enseñanza que se dan en la Escuela. En el siguiente gráfico
tenemos un primer planteamiento de la Teoría.
Fuente: Elaboración
propia a partir de Novak, 1998; Martín & Solé, 2001.
Según Ausubel en la
Escuela puede adquirirse conocimientos, pero la retención y la eficacia de
estos estará en dependencia del significado personal que elabora el alumno.
Asimismo considera que tanto el aprendizaje por descubrimiento como el
expositivo pueden producir aprendizaje repetitivo o significativo. Se inclina
por la instrucción receptiva ya que para
él es más fácil y accesible para el alumno, siempre que cumpla con las
condiciones que garanticen la significatividad de lo aprendido.
Rodríguez,
M. (2011) recoge en palabras del propio Ausubel esta postura:
“El
aprendizaje y la retención de carácter significativo, basados en la recepción, son
importantes en la educación porque son los mecanismos humanos «par excellence»
para adquirir y almacenar la inmensa cantidad de ideas y de información que
constituye cualquier campo de conocimiento…la memoria para listas aprendidas de
una manera memorista que son objeto de múltiples presentaciones es notoriamente
limitada tanto en el tiempo como en relación con la longitud de la lista, a
menos que se sometan a un intenso sobreaprendizaje y a una frecuente
reproducción. La enorme eficacia del aprendizaje significativo se basa en sus
dos características principales: su carácter no arbitrario y su sustancialidad
(no literalidad)”. (P. 31)
La teoría
del aprendizaje significativo se da a conocer en la década de los sesenta,
cuando Ausubel publica The Psychology of
Meaningful Verbal Learning en 1963 y Educational
Psychology: A Cognitive View, en 1968;
libros en que expone su teoría. En el ámbito escolar había una inclinación
hacia el aprendizaje por descubrimiento propuesto por Bruner, el cual se basa
en la idea de que se aprende aquello que se descubre. Éste enfoque reaccionaba
en contra del paradigma psicológico conductista que predominaba ampliamente en
educación y que incluso dificultó la aceptación de las ideas de Ausubel en
Estados Unidos.
Aunque los
planteamientos de Bruner nunca llegaron a asumirse completamente en las
escuelas, la principal dificultad fue la confusión que supuso. Ausubel, según
Rodríguez (2011) explica que se han confundido dos dimensiones distintas del
proceso de aprender: por recepción/por descubrimiento y mecánico/ significativo.
Es una
falsa asunción pretender que el descubrimiento y la reconstrucción del conocimiento
que se le supone conduce a un aprendizaje significativo, del mismo modo que es
erróneo también considerar que una estrategia basada en la exposición verbal,
es decir, un aprendizaje por recepción, no pueda ser significativo. Ambos modos
pueden ser tanto significativos como mecánicos, puesto que esta condición
depende de la forma de asimilar y almacenar la nueva información en la
estructura cognitiva. (p. 33)
II.
¿En qué consiste aprender significativamente?
De acuerdo
a la teoría que nos ocupa, el aprendizaje es el proceso mediante el cual la
persona va construyendo significados conceptuales a partir de las regularidades
que observa en los hechos u objetos. Los conceptos según Novak (1998) “son
principalmente aquello con lo que pensamos” (p. 90) y su significado varía en
cada persona porque “depende de lo que ya sabemos sobre él.” (p. 57).
La teoría
de Ausubel postula que en la edad escolar el aprendizaje significativo de
conceptos se produce mediante un proceso de asimilación
conceptual. Por lo que la función primordial de la enseñanza es facilitar este
proceso para que se produzca el desarrollo de las estructuras conceptuales y
proposicionales del alumnado, es decir, su desarrollo cognitivo.
En el proceso de
asimilación conceptual, se relaciona de forma sustantiva y no arbitraria la
nueva información con algún aspecto relevante existente en la estructura
cognitiva, que recibe el nombre de inclusor.
En este proceso
interactivo se transforma tanto el nuevo conocimiento como el concepto
inclusor, produciéndose un nuevo significado fruto de esta interacción. Dice
Novak (1998) que “El nuevo conocimiento se integra a nuestros marcos de
conocimientos idiosincráticos” (p. 77)
|
En el aprendizaje no significativo o mecánico
no se da la interacción, por lo que el conocimiento es efímero y
superficial. No logra mantenerse en la memoria permanente.
El alumno tiene
una función pasiva.
|
En pocas
palabras, la cantidad y la calidad de las interacciones entre los conocimientos
previos o conceptos inclusores con los nuevos contenidos es lo que define y
caracteriza un aprendizaje significativo. En este proceso el estudiante aprende,
cuando lo hace significativamente, a partir de lo que ya sabe. Desde esta perspectiva,
pues, se constituye en el protagonista del evento educativo.
III.
¿Qué tipos de aprendizajes significativos
pueden darse en la Escuela?
Desde que
nacemos las personas buscamos significado a nuestras emociones y vivencias. Las
regularidades que percibimos y que forman los significados los representamos
mediante conceptos o etiquetas socioculturales que pueden ser palabras, símbolos
o signos. De esta manera se construyen conceptos primarios como: familia, casa,
animal, etc. cuyos significados son personales y únicos porque dependen de la
experiencia de cada ser humano. Podemos decir que cada persona va construyendo
sus marcos cognitivos mediante la formación de conceptos y los significados a
ellos asociados.
Ahora bien,
en el ámbito escolar los procesos de enseñanza y aprendizaje también se basan
ampliamente en la adquisición y empleo de conceptos que constituyen cuerpos de
conocimientos culturales y científicos importantes para el desarrollo personal
y social de cada comunidad. En este proceso de aprendizaje significativo que es
propio de la Escuela, según Ausubel, interactúan entre sí tres tipos de
aprendizaje, los que dan lugar al desarrollo de los marcos cognitivos.
Cuando
estos aprendizajes se producen de manera significativa, es decir, conectando el
nuevo concepto o contenido con los conocimientos previos o inclusores, se
produce la asimilación conceptual
mediante los siguientes principios básicos que desarrolla Ausubel:
•
Inclusión
En
el aprendizaje se vincula un concepto más específico a otro más general
disponible en la estructura cognitiva. En este fenómeno el concepto
inclusor facilita el paso de la nueva
información percibida y sirve de base de unión.
Durante este proceso tanto el concepto inclusor como la información
almacenada sufren ligeras modificaciones.
Ejemplo:
Comprender los tipos de narradores en los textos (protagonista, omnisciente,
testigo) a partir del concepto más amplio de narrador textual.
•
Diferenciación
progresiva.
La
ampliación progresiva de los conceptos inclusores mediante el afinamiento de
significados, la restructuración,
desarrollo y diferenciación que se va dando.
Ejemplo:
Cuando va adquiriendo nuevos conceptos en el caso del narrador textual,
asimismo va ampliando su concepto inicial de narrador como alguien que cuenta
la historia. Ahora puede establecer relaciones por ejemplo con formas
gramaticales que usa el narrador en cada caso o la proximidad del narrador al
hecho o historia que narra, entre
otras discriminaciones que va
estableciendo.
•
Reconciliación
integradora
La
mejora cualitativa y cuantitativa de la estructura cognitiva también tiene
lugar cuando se producen relaciones o vínculos sustantivos entre los significados
de los conceptos, llegando a establecer similitudes, diferencias, inclusiones,
es decir, todas las posibles relaciones entre ellos.
Ejemplo:
Cuando un alumno aprende lo que es enunciado y lo que oración y puede
diferenciar que un enunciado es una unidad lingüística pragmática y que una
oración es una unidad gramatical; también puede identificar que una oración es
un tipo de enunciado.
•
Aprendizaje
supraordenado
Cuando
se adquiere un concepto general más amplio que engloba el significado de
conceptos almacenados y les confiere un significado más enriquecido.
Ejemplo.
Comprender la Ley de Carles en Química, implica englobar conceptos como masa,
temperatura y volumen; y sus relaciones.
•
Inclusión
obliterativa
No
poder recordar una información o concepto tal y como fue aprendido debido a que
con el aprendizaje significativo llega en que los inclusores han quedado
modificados y diferenciados de una manera tal que no es posible recuperar los
elementos originales.
Por
ejemplo: Cuando se le pide a un alumno que explique un concepto previamente
aprendido y este lo hace no literalmente sino que con sus palabras explica el
significado de lo que recuerda.
•
Organizadores
previos
Son
ayudas que proporciona el docente al comienzo de un contenido o de una unidad
de instrucción con el objetivo de facilitar la relación entre lo que el alumno
ya sabe y lo que aprenderá. Se presentan como afirmaciones, son más generales y
abstractos que el contenido que le sigue. Para construir un organizador previo
hay que tomar en cuenta el tipo de contenido, la edad de los alumnos y el grado
de familiarización con el nuevo contenido. Diríamos que es la introducción que
muchas veces hacemos al comienzo de una clase para facilitar el marco cognitivo
pertinente.
Ejemplo:
La organización de un gobierno es como una familia. Las diferentes personas que
lo conforman tienen diferentes responsabilidades y roles. Cuando todas las
personas trabajan juntas, tanto en las familias como los gobiernos funcionan
eficazmente. (Tomado de Eggen y Kauchack, 2001)
IV.
¿Cómo podemos promover el aprendizaje con
significado en la Escuela?
Ausubel
plantea que en la consecución de un aprendizaje significativo deben estar
presentes las siguientes condiciones esenciales:
•SIGNIFICATIVIDAD
PSICOLÓGICA DEL MATERIAL.
•* Que existan
conceptos inclusores o ideas de anclaje
claros, estables y precisos.
•* Grado de
conceptualización necesario para que el alumno realice una tarea de aprendizaje concreta.
•* Los mapas
conceptuales facilitan esta tarea.•
•ACTITUD FAVORABLE DEL
ALUMNO
•* Que quiera aprender
de forma consciente y deliberada.
•* Disposición
emocional y actitudinal.
•* Se puede incidir mediante la motivación.
•SIGNIFICATIVIDAD
LÓGICA DEL MATERIAL
•* Estructuta interna
organizada
•* Secuencia lógica y
ordenada
•* Que sea
potencialmente relacionable con la estructura cognitiva del que aprende.
(Fuente:
elaboración propia a partir de Martín & Solé, 2001; Rodríguez, 2011)
Ausubel
destaca sobre todo la importancia de los conocimientos previos de anclaje para
la asimilación conceptual del contenido que se le ofrece al alumno.
“Si tuviese que
reducir toda la psicología educativa a un solo principio, enunciaría éste: de
todos los factores que influyen en el aprendizaje, el más importante consiste
en lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto, y enséñese consecuentemente”.
REFERENCIAS
Dávila
Espinosa, S. (2000). El aprendizaje significativo, Esa extraña expresión
(utilizada por todos y comprendida por pocos). Contexto Educativo, nº 9,
http://contexto-educativo.com.ar/2000/7/nota-08.htm [Consulta: 29-1-2011].
González,
F; Guardián, B; Veloz, J; Rodríguez, I; Veloz, E y Ballester, A. (2011). La Educación
en el siglo XXI. Retos y recursos para afrontarlos. IN. Revista Electrònica d’Investigació
i Innovació Educativa i Socioeducativa, V. 3, n. 1, PAGINES 11-28. Consultado en
http://www.in.uib.cat/pags/volumenes/vol3_num1/gonzalezyotros/index.html en
(poner fecha)
Rodríguez,
M. (2011). La teoría del aprendizaje significativo: una revisión aplicable a la
escuela actual. IN. Revista Electrònica d’Investigació i Innovació Educativa i
Socioeducativa, V. 3, n. 1, PAGINES 29-50. Consultado en http://www.in.uib.cat/pags/volumenes/vol3_num1/rodriguez/index.html
en (poner fecha)